Billecart-Salmon Champagne – Casa familiar fundada en 1818

Billecart-Salmon Champagne – Casa familiar fundada en 1818

Viñedos extraordinarios.

El champán de la Maison es fruto del saber hacer de sus hombres, que cuidan una finca de 100 hectáreas. Las uvas proceden de 40 cru de Champaña, plantadas en una superficie total de 300 hectáreas. La mayor parte de la uva destinada a la vinificación se cultiva en un radio de 20 kilómetros alrededor del municipio de Épernay. Grandes crus de Pinot Noir, Chardonnay y Pinot Meunier coexisten en este territorio que se extiende entre la Montagne de Reims, la Côte des Blancs y el valle del Marne.

La historia de una familia.

Todo empezó en 1818, cuando Nicolas François Billecart y Elisabeth Salmon se casaron y fundaron su casa de champán. Es la historia de una familia, porque Louis Salmon, hermano de Elisabeth y aficionado al vino, también participa en la producción de los vinos. Y así es como, después de siete generaciones, toda la familia sigue contribuyendo a transmitir la tradición, manteniéndose fiel a un compromiso inalterable: “Dar prioridad a la calidad, buscar la excelencia”.

El Clos Saint-Hilaire.

Una sola parcela, una hectárea de Pinot Noir: promesa de excelencia.

En esta parcela, las viñas se gestionan y cuidan con esmero, respetando plenamente el medio ambiente. La Maison Billecart-Salmon ha optado por volver a los métodos tradicionales reintroduciendo caballos de tiro y ovejas. Como resultado, la porosidad y la biodiversidad del suelo mejoran, las raíces crecen a mayor profundidad y los minerales extraídos favorecen el crecimiento de uvas más pequeñas y concentradas, que expresan mejor todo el carácter distintivo de nuestro terruño. El Clos Saint-Hilaire ha elaborado un champán excepcional que lleva el nombre de la patrona de Mareuil-sur-Aÿ. Elaborado exclusivamente con Pinot Noir envejecido en barrica, desarrolla una rara complejidad y una sorprendente frescura. En cada añada se produce una cantidad limitada de botellas: entre 3500 y 7500, todas numeradas.

Un trabajo minucioso.

En la década de 1950, la Maison introdujo la técnica del despalillado en frío y las cubas de acero inoxidable para una fermentación más larga a baja temperatura. La bodega utiliza principalmente pequeñas cubas termorreguladas (47 hectolitros). Este tipo de vinificación cru por cru y cepa por cepa permite preservar todas las peculiaridades del terruño. Al vinificar a baja temperatura, el proceso de fermentación se ralentiza y favorece aromas aéreos y delicados en los que se manifiesta toda la pureza de la fruta. La auténtica expresión del estilo Billecart-Salmon.

El silencio de los chais.

Las dos chais de la Maison están ocupadas por 400 barricas y 24 foudres respectivamente. Cada barrica ha sido cuidadosamente seleccionada y fabricada para realzar la riqueza y complejidad aromática de los vinos. Fiel a su estilo y a su saber hacer, la Maison vinifica a baja temperatura para preservar el frescor y la elegancia típicos de sus champanes. Para garantizar una trazabilidad constante, cada parcela se vinifica individualmente. La artesanía y las técnicas tradicionales de vinificación se combinan con la vinificación en cuba para realzar la elegancia del estilo Billecart.

Las bodegas de tiza.

Las bodegas de tiza tienen su origen en el siglo XVII y custodian el preciado néctar de la Maison desde el siglo XIX. Con el tiempo, los vinos se afianzan y se hacen más intensos. Adquieren la finura, el equilibrio y la elegancia que distinguen a los champanes de la Maison. Los champanes sin añada alcanzan su plena madurez al cabo de tres o cuatro años, es decir, tras un periodo dos veces superior a la norma de la denominación. Las cuvées de añada, en cambio, esperan diez años antes de madurar plenamente. Dejar que el tiempo haga su trabajo: ésta es la grandeza del champán Billecart-Salmon.