¿Champán ecológico o biodinámico?

Cada vez oímos hablar más de ello: champán biodinámico, ecológico… pero ¿sabemos realmente la diferencia? ¿Qué champán elegir? Intentamos comprender las diferencias y peculiaridades de estos tipos de cultivos en nuestro artículo

Cultivo ecológico

El vino ecológico está regulado por un pliego de condiciones europeo. Las organizaciones de control garantizan el cumplimiento de determinadas normas de producción y vinificación. A continuación, la etiqueta lleva el logotipo ecológico que lo certifica.
Este logotipo garantiza, por tanto, la ausencia de productos químicos o herbicidas en la producción de la uva. Esto obliga a los viticultores a trabajar mecánicamente. Sólo se permite abonar el suelo con productos naturales, como el estiércol compostado.

Los vinos ecológicos son, por tanto, vinos cuyas uvas deben obtenerse sin ningún producto químico. En caso de enfermedad, los productos terapéuticos a base de cobre deben limitarse a 6 kg por hectárea y año. Las cantidades de azufre también están limitadas por la etiqueta y deben limitarse a 100 mg por litro en el caso de los vinos tintos y a 150 mg por litro en el caso de los vinos blancos.

Agricultura biodinámica

A diferencia de la agricultura ecológica, no existen normas europeas para el cultivo biodinámico del vino. Pero hay dos certificadoras importantes que regulan esta producción vinícola y exigen que el viñedo sea ecológico de antemano, se trata de Demeter y Biodyvin.

Basándose en los escritos del filósofo austriaco Rudolf Steiner (1861-1925), los viticultores biodinámicos tratan de intensificar la vida del suelo para que haya un mejor intercambio entre tierra y planta. Para ello, utilizan preparados de hierbas que infunden, vigorizan o maceran para ayudar a la vid a crecer más fuerte y desarrollarse mejor. La particularidad de la biodinámica es que sigue un calendario astral para intervenir en la vid, ya que la planta, el suelo y las influencias lunares se combinan eficazmente.
Además de las limitaciones de la agricultura ecológica, los viticultores están obligados a preservar la biodiversidad de la explotación con tratamientos biodinámicos. En el caso del champán, se autoriza la clarificación del vino, la filtración y el azucarado, es decir, la adición de azúcar, mientras que la dosis de azufre es inferior a la de los vinos ecológicos, en torno a 70 mg por litro para los tintos y 90 mg por litro para los blancos.

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